lunes, 5 de mayo de 2014

¡NOS MUDAMOS!

Desde este blog, esta casa, que es la nuestra y es la vuestra, creemos necesario expandir nuestros horizontes y nuestras metas. 

Queremos ofreceros la calidad que, como lectores y amigos de esta familia, os merecéis.

De este modo, nos hemos mudado a otro portal. Ya saben, regenerarse o morir...

¡OS ESPERAMOS!


EL EQUIPO DE "ANDALUCES, REGENERAOS"

miércoles, 30 de abril de 2014

YO, COMO ENTIENDO DE...

ANTONIO LEAL


Existe en Andalucía una especie de estirpe, no se si incluso tribu urbana, arquetipo o ejemplar que el Maestro del carnaval D. José Luís García Cossío se encargó de inmortalizar. Creo totalmente innecesario glosar más presentaciones, les hablo de alguien que ustedes conocen a la perfección, se trata de la figura del “enterao”. Este arquetipo se encuentra arraigado en Sevilla de una manera un tanto especial, debido entre otras cosas a sus particulares formas y procederes. En la Muy Noble, Muy Leal, Muy Narcisista, Ombliguista y Figurona ciudad de Sevilla, si uno no sabe de un determinado tema o simplemente no es capaz de sostener una opinión aparentemente íntegra y fundada respecto a algún suceso, independientemente de que pueda escapar por completo al campo de especialización o los intereses del individuo, éste será automáticamente denostado y tachado de paria. De esta forma, resulta descorazonadoramente común la infiltración de los denominados “maestros liendre” –que de todo saben y de nada entienden– en todo tema de actualidad que se precie. Las redes sociales han contribuido, a veces de forma exponencial, a fomentar un cierto clima manido y desagradable en el que abundan tanto las opiniones insípidas como las críticas desde la suma ignorancia.

Uno de los últimos casos en los que se ha podido apreciar la abundancia de enteraos en esta ciudad ha sido a raíz del anuncio de que Sevilla contará con el auditorio multiusos más grande de Europa. Sevilla Park, que es como vendrá a llamarse el futuro auditorio, contará con un aforo de más de veinte mil personas y, para mayor “escarnio” y ante la sorpresa de propios y extraños, el proyecto viene promovido en su totalidad por iniciativa privada. Parece que un proyecto de semejante magnitud, que contribuiría decididamente a la generación de cientos de puestos de trabajo directos y además repercutiría en las arcas de muchas empresas locales, así como en la generación de empleo indirecto a través del efecto arrastre, únicamente podía ser recibido como un regalo, bendición o maná celestial que nos ha sobrevenido. Por el contrario esto no ha sido del todo así. No han tardado en aparecer los enteraos de turno, poniendo pegas a diestro y siniestro y por supuesto, recurriendo a escasos y tiernos argumentos. Permítanme la licencia de parafrasear al inigualable Selu de Cádiz. Los enteraos argüirían para esta ocasión algo de esta guisa: “Yo, como entiendo una mijíta de auditorios porque me he llevao treinta años actuando de telonero del Mani y Ecos del Rocío…”. Et voilà, c’est suffit! Venia más que concedida para llevar a cabo juicios de valor sobre la conveniencia, el impacto económico y la viabilidad del proyecto en cuestión.

José Luis García Cossío, El Selu


Por favor, no me malinterpreten. Soy de los que opinan que la diversidad de opiniones y la crítica constructiva son realmente necesarias y contribuyen al progreso y la mejora de una idea. No obstante, no es de recibo que se caiga tan a menudo en la crítica parcial y obstinada. Los principales argumentos que se esgrimen en contra de este proyecto van desde que en Andalucía y especialmente en Sevilla somos “tela de rancios” y no demandamos ese tipo de espectáculos, hacia que, en realidad, ya existen en la ciudad espacios donde celebrar tales eventos. El primero de los argumentos, por cuanto de pueril y miope tiene, pienso que no es siquiera digno de réplica. Pero en cuanto al segundo de los argumentos, sí que considero que vale la pena realizar algunas puntualizaciones. Es cierto que existen en Sevilla espacios destinados a la realización de conciertos y eventos musicales, como el Auditorio Rocío Jurado, un espacio abierto con aforo para ocho mil espectadores, el Teatro de la Maestranza con capacidad para 1800 espectadores o el flamante Auditorio cubierto de Fibes, con capacidad para 3200 personas –entre otros–. Además está el Estadio Olímpico, más lastre que herencia y último resquicio del sueño olímpico que alguna vez encandiló a Sevilla. Si bien el Estadio Olímpico de la Cartuja ha acogido espectáculos musicales de primer nivel como conciertos de de artistas de la talla de Bruce Springsteen, Madonna o Alejandro Sanz, las empresas que se dedican a este negocio señalan que esta opción no es rentable, en tanto que no se trata de un espacio diseñado para conciertos; no está cubierto, de modo que las inclemencias meteorológicas obligarían al aplazamiento o suspensión del concierto; su acústica no es la más deseable, lo cual conlleva a que se incurra en mayores gastos en equipos de sonido; y además, se incurre en importantes gastos de montaje y desmontaje de un escenario itinerante, lo cual repercute también en el coste de las entradas. El resto de espacios con los que cuenta la ciudad, como el Auditorio Rocío Jurado, el Maestranza o Fibes, cuentan con unos aforos que se antojan cortos para este tipo de ídolos de talla internacional. Sería un sano ejercicio que los enteraos pusieran el cerebro en funcionamiento antes que la lengua en movimiento. Planteémonos lo siguiente: si de verdad Sevilla cuenta en la actualidad con posibilidades para albergar este tipo de espectáculos, ¿por qué no se llevan a cabo?

El proyecto Sevilla Park pienso que se diferencia de otros proyectos megalómanos y faraónicos, a los cuales nos tienen tristemente acostumbrados en esta tierra, en varios aspectos: en primer lugar en que los 180 millones de euros en los que está proyectada la inversión provienen de las arcas de una serie de empresas de iniciativa privada. Con lo cual, se evita que a la primera de cambio le acaben tomando el pelo al ciudadano con irregularidades, sobrecostes, errores de cálculo y presupuestos inflados. Si por algo se caracteriza la iniciativa privada es por no despilfarrar y tirar el dinero en saco roto. Aquí prima el interés económico y empresarial, y quedan lejos los intereses meramente políticos o partidistas. En segundo lugar, las empresas que hay detrás de este proyecto son empresas altamente especializadas en la organización de eventos y la industria del ocio y, si han estimado que Sevilla puede ser un filón y un lugar interesante para invertir, dudo mucho que lo hagan a tientas o dando palos de ciego, sino porque realmente considerarán que en Sevilla hay potencial para llevar a cabo su proyecto empresarial.

Boceto del parque temática Sevilla Park Arena


En una región que arrastra un retraso económico secular, con una tasa de paro del 36%, una tasa de desempleo juvenil desalentadora, carente de un tejido industrial sólido e inmersa en un escenario político salpicado de escándalos, corrupción, clientelismo, enchufismo y malversación, iniciativas empresariales e inversiones de este calibre habrían de ser recibidas como agua de mayo. No es momento para el catetismo ni el ombliguismo, ni para permitirnos seguir naufragando en la insignificancia, sino para, al menos, permitirnos otear el progreso.